domingo, 29 de diciembre de 2013

La Sagrada Familia


En medio de una fuerte crisis en torno a la integridad de la primera y más importante de las Instituciones, la familia, Dios, que es Amor, nos ha brindado el modelo pleno de relación familiar presentándonos al Niño Jesús, a la Santísima Virgen María y a San José.

La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia desea auténtica y profundamente, ya que desde la intensa comunión que ellos se manifestaron, se descubre una total entrega amorosa por parte de cada uno de sus miembros, ofreciéndonos ejemplo e invitándonos a su imitación.

Ahora, a la luz de la Sagrada Escritura, veamos algunos rasgos importantes de la Sagrada Familia:

San José:

Es el jefe de la familia, y actúa siempre según la voluntad de Dios, muchas veces sin comprender totalmente el por qué de lo que se le pide, pero teniendo siempre fe y confianza.

Por ejemplo, cuando se enteró de que María, su esposa, estaba embarazada, pensó en abandonarla en secreto, sin denunciarla públicamente (como era la costumbre de la época)… Pero el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo que lo que había sido engendrado en el vientre de María era obra del Espíritu Santo, y que no temiera en recibirla: “Al despertarse, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa” (Mt 1, 24 - 25).

Cuando nació el Niño, fue él quien le puso el nombre de “Jesús” (Ver Mt 1, 25), como el Ángel le había ordenado. Más tarde, cuando Herodes tenía intenciones de asesinar al Niño, avisado nuevamente por el Ángel, José tomó a su familia y se marchó hacia Egipto. Por último, con la muerte de Herodes y ante un nuevo aviso divino, llevó a su familia a instalarse en Nazaret, para que “se cumpliera la Escritura” (Ver Mt 2, 23).

San José, casto Esposo de la Santísima Virgen María, acogió a Jesús en su corazón paternal, educándolo, cuidándolo, amándolo como si fuera su propio hijo; y el Niño Jesús, dócilmente, aprendió de su “Padre Adoptivo” muchas cosas, como el oficio de carpintero.

La Santísima Virgen María:

Desde el momento de la Anunciación, María es modelo de entrega total a Dios: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra” (Lc 1, 38), le dijo al Ángel. María, como vemos, responde con un “Sí” pleno, poniéndose totalmente en las manos de Dios.

En Ella, percibimos también una continua vivencia de la dinámica de la alegría y el dolor: Engendrando, dando a luz, criando, educando, siguiendo muy de cerca a su Hijo Jesús, mostrándole en todo momento su amor maternal. “Su Madre conservaba todas estas cosas, y las guardaba en su corazón” (Lc 2, 52). Ella fue vislumbrando poco a poco el gran misterio de la vida de su Hijo, manteniéndose fielmente unida a Él, hasta el momento de su entrega total en sacrificio, firme a los pies de la Cruz.

El Niño Jesús:

Desde pequeño, Jesús constantemente ofreció muestras (a veces claras, a veces no) de que era el Hijo de Dios, y que cumplía solo fielmente lo que su Padre le mandaba.

Como un niño normal, Él obedeció a su Madre y a su Padre Adoptivo, y permaneció siempre sujeto a ellos, creciendo en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres (Ver Lc 2).

Cuando Jesús se quedó en el Templo, a los doce años, podría pensarse que desobedeció a sus padres; sin embargo, Jesús demostró, en el misterio de este hecho, su plena independencia con respecto a todo vínculo humano cuando está de por medio el Plan de su Padre Dios y la Misión que Él mismo le ha encomendado.

En la Sagrada Familia de Nazaret tenemos un hermoso ejemplo de convivencia y Amor. Encomendémosle la nuestra, las de nuestra Parroquia… las del mundo entero.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Siete Pecados... Siete Reformas




Tal parece que con las Reformas que Don Enrique Peña Nieto está promoviendo (dudo muchísimo que a él se le hayan ocurrido), se avizora un “remedio saludable” para acabar con los Pecados Capitales…

1. CONTRA LA ENVIDIA, LA REFORMA POLÍTICA

Si a usted le cuesta mucho aceptar que el salario mínimo mensual que recibe un mexicano del “proletariado” ascienda a $ 1 942 pesos, y que un Diputado reciba una Dieta Neta Mensual de $ 75 379; un apoyo de asistencia legislativa $ 45 786; y un apoyo de atención ciudadana de $ 28 772; es decir: $ 149 937 pesos mensuales, su Presidente propone eliminar a 100 Diputados Plurinominales… aunque los otros 300 electos, y los 100 restantes plurinominales se queden y con un sueldo en constante aumento…

2. CONTRA LA LUJURIA, LA REFORMA ENERGÉTICA

Si usted frecuenta lugares “oscuritos”, o si por desgracia usted cae a menudo en los excesos de la carne, su Presidente propone bajar el precio de la luz… ¡Ya no tendrá que esconderse! PEMEX no se privatizará jamás, sólo se dará la oportunidad a otras instancias (nacionales o extranjeras) para que compitan por la explotación de nuestro petróleo y los demás energéticos…

3. CONTRA LA GULA, LA REFORMA FISCAL

Si usted es amante de las golosinas o de las comidas o bebidas “chatarra”, su Presidente, pensando en su bienestar, propone añadirle un impuesto a toda esta “basura”… y bueno, habrá que subirle también a otras cositas, pero bueno, nada que no se pueda solventar…

4. CONTRA LA AVARICIA, LA REFORMA HACENDARIA

Si usted no tiene “llenadero”, o si siente el gusanito de querer poseer siempre más y más, su Presidente le propone subir las cuotas en las rentas y compra – ventas de bienes inmuebles: ¡Es lo justo!

5. CONTRA LA SOBERBIA, LA REFORMA EDUCATIVA

Si usted es uno de esos profesores disidentes, o de esos que anhelan puestos y plazas sin merecerlas, su Presidente le propone “poner en regla” y evaluar su desempeño: ¡Hay que ser más humildes!

6. CONTRA LA PEREZA, LA REFORMA LABORAL

Si usted es un “nini”, porque ni estudia ni trabaja, su Presidente le propone esta Reforma Estructural: Ya habrá “modo” para que lo contraten. Tenga la seguridad de que este desempeño podrá ser eventual o por el espacio de tiempo que responda a sus posibilidades. No habrá modo de crear antigüedad, pero... ¡Vale la pena ser un poco más productivos!

7. CONTRA LA IRA, LA REFORMA JUDICIAL

Si usted es de los que no se pueden controlar, o si siente coraje e impotencia porque en México se es “culpable hasta que se demuestre lo contrario”, su Presidente le propone un juicio oral donde se presuma su “inocencia”. Abatir la impunidad y mejorar la seguridad de los mexicanos, será su principal compromiso…

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Sí, comparto su opinión: Yo tampoco lo creo...

lunes, 9 de diciembre de 2013

María, la Madre de la Evangelización


Como fruto del Sínodo que los Obispos tuvieron del 7 al 28 de octubre de 2012, el Papa Francisco ha presentado el 26 de noviembre de 2013, su Primera Exhortación Apostólica, titulada “La Alegría del Evangelio”.

El tema que abordaron nuestros Obispos durante esta Asamblea giró en torno a la “Nueva Evangelización para la Transmisión de la fe cristiana”.

El Sumo Pontífice, dándole su toque personal, ha convertido esta temática en una invitación gozosa para todos los que, siendo cristianos, tenemos el compromiso de compartir la Palabra de Dios a todo el mundo.

Cinco capítulos la Integran: 

1.       La transformación misionera de la Iglesia. 
2.       En la crisis del compromiso comunitario. 
3.       El anuncio del Evangelio. 
4.       La dimensión social de la evangelización. 
5.       Evangelizadores con espíritu.

El día de hoy, honrando la Memoria de Nuestra Señora de Guadalupe, nos detendremos sólo en el segundo apartado del capítulo número cinco, titulado “María, la madre de la evangelización”. 

Pentecostés 

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra que María estuvo presente cuando el Señor envió a su Espíritu Santo. Así se hizo posible aquella “explosión misionera”.

María es la Madre de la Iglesia evangelizadora, y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización.

Cuando la Guadalupana visitó nuestra Nación, hizo posible una nueva pedagogía evangelizadora. Su imagen bendita denota, de mil maneras, esta “síntesis cultural” entre dos razas totalmente distintas, aunque cada vez más emparentadas y complementarias. El ayate de San Juan Diego resultó tan emotivo y catequético, que nuestros primeros evangelizadores encontraron en él un “nuevo impulso del Espíritu”.

María estuvo presente en Pentecostés. Pues bien, María también se hizo presente en nuestra tierra, en este “despertar de fe”, en esta “explosión” comprometida con la misión. 

El regalo de Jesús a su pueblo 

Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio. Al Señor no le agrada que falte a su Iglesia el icono femenino.

Cuando nuestra Señora de Guadalupe llegó a nuestra tierra, se identificó como la “Santísima Virgen María, Madre del Verdadero Dios por quien se vive”. Como vemos, ella proclamó la Vida, y en medio de una cultura que pudiera catalogarse “violenta”, su mensaje sonó pacificador y vivificante.

Su Hijo estaba por morir, pero en aquella hora dramática, Él pudo constatar a sus pies la presencia consoladora de su Madre y del amigo. Así también entre nosotros, como Madre y compañera, nos trae un mensaje gozoso. Vino para quedarse, y para ofrecernos consuelo en medio de la cultura de muerte que constantemente nos acecha. 

En toda circunstancia 

María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas.

Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia.

Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios.

A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica.

Es allí, en los santuarios, donde puede percibirse cómo María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para mirarla y dejarse mirar por ella. Allí encuentran la fuerza de Dios para sobrellevar los sufrimientos y cansancios de la vida.

Como a san Juan Diego, María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al oído: “No se turbe tu corazón […] ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? 

Estrella de la nueva evangelización 

María es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia. Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Nosotros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores.

Santa María de Guadalupe vino a iluminar nuestro Cielo. Como la mujer del Apocalipsis, vestida de Sol y Coronada de Estrellas, se convierte para todos nosotros en un faro y en una guía segura hacia el encuentro gozoso con Jesús. 

Modelo para la Iglesia 

La constante dinámica de justicia y de ternura que encontramos en María, esa actitud de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización.

Le rogamos que, con su oración maternal, nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo. Es el Resucitado quien nos dice, con una potencia que nos llena de inmensa confianza y de firmísima esperanza: “Yo hago nuevas todas las cosas”. 

Oración 

Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre.

Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor.

Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte.

Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga.

Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino.

Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz.

Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. 
Amén. Aleluya.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Las Posadas




Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días anteriores a la Navidad, o sea desde el 16 al 24 de diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de la Virgen María y el Señor San José desde su salida de Nazaret, hasta Belén, donde buscaban un lugar dónde alojarse para esperar el nacimiento de Jesús.

En el México prehispánico, nuestros antepasados celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal (llamada “Panquetzaliztli”), entre los días 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época donde los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue superada, junto al paganismo hasta entonces celebrado, por el cristianismo.

Amenizadas con cánticos (villancicos), las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo.

Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes, de acuerdo al lugar en donde se celebran, y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son:

- El pedir posada con los versos tradicionales.
- El rezar el santo rosario.
- El romper las piñatas.
- Nunca deben faltar los aguinaldos (bolos), el ponche, las velas, las frutas, las luces de bengala y, en algunas ocasiones, la cena y los regalos.

En varias poblaciones las posadas se celebran en las calles, las cuales previamente se adornan con hilos de heno, faroles multicolores, luces de “series”, etc. En otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro al acompañar el canto por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes.

No existe templo, parroquia o capilla, por pequeña que sea, que durante el período del 16 de diciembre al 6 de enero, que no levante nacimientos, en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas, o figuras de barro realizadas en Tonalá o Tlaquepaque, y celebren las posadas con cantos religiosos, panderos, bastones con cascabeles, etc., para crear mayor alegría en los participantes.

A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo alojamiento… este hecho podría no ser muy relevante, ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial, ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.

Para representar este acontecimiento, dos voluntarios se pueden vestir como José y María, o pueden utilizar figuras de los peregrinos de las que se colocan en los nacimientos.

Los peregrinos, acompañados por un grupo de invitados, salen de la casa y “piden posada” en la puerta, entonando los versos asignados. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negar la posada, obligando a los peregrinos a pedirla dos o tres veces, hasta darles hospedaje, con tradicionales cantos (que hasta cierto punto contradicen el texto sagrado, pero que despiertan una verdadera piedad).

Finalmente, aclaremos que los nueve días tradicionales de posadas se realizan en honor a los nueve meses de embarazo que vivió María, esperando a Jesús.

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Estas fiestas cristianas se tomaron, inicialmente, del paganismo. Los misioneros se esforzaron mucho por inculturar el Evangelio, y cristianizar los elementos rescatables de la mentalidad precolonial de nuestros antepasados…

Lamentablemente, estas fiestas, hoy cristianas, nosotros estamos “esforzándonos” por paganizarlas: En muchas partes se argumenta “Posada”, encubriendo una verdadera fiesta donde el alcohol, las comidas, la música y el desenfreno ocupan un lugar sumamente evidente.

No está mal alegrarse por la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Tampoco es malo participar en estas fiestas que, bien celebradas, pueden y deben unir a los miembros de la familia, de la colonia, o de la parroquia que las vive…

Rescatemos el auténtico sentido de las Posadas: El deseo auténtico de que Jesús nazca en nuestro corazón, ofreciéndole lo poco que somos y tenemos.