viernes, 24 de mayo de 2013

20 años...


¿Qué son 20 años?

Sólo son 240 meses, 7 300 días, 175 200 horas, 10´ 512 000 minutos ó 630´ 720 000 segundos...

Suena bastante, ¿Verdad?

Pues ese es el tiempo que ha transcurrido ya desde que un hombre bueno, un insigne Pastor de nuestra comunidad arquidiocesana, fuera privado de su vida de la manera más vil y cobarde aquel oscuro 24 de mayo de 1993...

El Sr. Card. D. Juan Jesús Posadas Ocampo, quien fuera el VIII Arzobispo de Guadalajara, esperaba en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad al entonces nuncio apostólico D. Jerónimo Prigione, ya que éste presidiría por vez primera la memoria de los Beatos Mártires Cristóbal Magallanes y compañeros, recién elevados a los altares apenas hacía seis meses...

El nuncio nunca llegó... y no es el momento de analizar este evento...

Volvamos a lo nuestro... fue allí, en el estacionamiento del Aeropuerto, a plena luz del día, cuando unos sujetos con armas de grueso calibre, descargaron al menos 52 disparos, asesinando en el acto al Sr. Cardenal y a su chofer, indirectamente también mataron a otras dos personas, procedentes de Sinaloa, y otras dos personas que dejaron heridas... 38 impactos de bala sobre el Grand Marquis blanco en el que viajaba, y 14 tiros, prácticamente a quemarropa, sobre el Purpurado...

De todo esto doy fe... cuando era seminarista, tuve la oportunidad de ver los estragos que aquellas balas dejaron sobre los asientos del automóvil (llenos de sangre), las ropas desgarradas y los zapatos agujerados del Sr. Cardenal...

Cuando se hicieron las averiguaciones en el lugar de los hechos, se encontraron otros vehículos estacionados con fusiles de asalto AK 47 ("cuernos de chivo"); un rifle M 16; tres pistolas: 9 mm, 45 y 38 súper; nueve granadas de fragmentación; seis chalecos antibalas; setenta cargadores para AK 47 y para las pistolas mencionadas; setecientos ochenta y nueve cartuchos útiles de diversos calibres; dos escáneres y cuatro teléfonos celulares...

Si ya todo esto era digno de asombro y costernación, lo fueron más aún las ridículas explicaciones que se dieron a los hechos... teorías tan absurdas como "fue la masonería" (ex Presidente Carlos Salinas de Gortari), o "fueron los Arellano Félix" (Procuraduría General de la República PGR), o la versión más sonada de "lo confundieron con el Chapo Guzmán", sólo sirvieron para darle al pueblo mexicano "un taco para masticar", sumergido en la impotencia y en la certeza de que probablemente nunca se conozca la verdad de un "caso cerrado sin cerrar" (aunque, bendito sea Dios, nunca han faltado banderas que se elevan valientes clamando por justicia)...

20 años ya... y ¿Qué? ¿Cuántos más?

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