lunes, 15 de abril de 2013

Oveja perdida...




Capítulo 15 del Evangelio según San Lucas... la Oveja perdida...
 
El ambiente de "ganadería menor" en que el pueblo de Israel solía desenvolverse, permitía que los contemporáneos de Jesús pudieran entenderle con mayor precisión sus parábolas. 

Nosotros no estamos muy acostumbrados a pastorear ovejas, sin embargo comprendemos bien lo que quiso decir, ya que la tradición nos ha explicado suficientemente lo que hace un pastor, y lo que las ovejas, correspondiéndole, hacen.

Si alguno pierde una oveja, va y la busca hasta encontrarla. Si tiene cien, deja a las noventa y nueve seguras, pero se arriesga hasta hallar a aquella que por caminos desconocidos se aventuró. Cuando la encuentra, lleno de alegría, la toma en sus brazos, la carga sobre sus hombros, la cura y, sana y salva la devuelve a su redil.

Esto es lo que experimenta el pastor pero... ¿Qué debería sentir la oveja?

Dejemos que "vuele nuestra imaginación". Pensemos un poco como "ovejas encontradas". Enumeremos sólo cuatro sentimientos, los más probables que podríamos tener:


1. Tristeza: Por habernos perdido. A veces escuchamos "otras voces", o seguimos "otros caminos", y nos apartamos del redil; abandonamos a nuestro pastor, y sufrimos la soledad y experimentamos todo lo que significa estar "perdidos".


2. Alegría: Porque Cristo nos ha encontrado. Quizás en nuestra soledad estábamos perdiendo la esperanza, también, y el Divino Maestro ha salido a buscarnos y nos ha devuelto al redil.


3. Gratitud: Por permitirnos volver. El rebaño nuevamente está "completo" y, sin merecerlo, por pura gracia, podemos contarnos nuevamente como miembros del mismo bajo la tutela del Buen Pastor.


4. Arrepentimiento: Porque deseamos no volvernos a perder. El Pastor nos ha "ganado", y reconocemos que sólo aquí se experimenta la seguridad que tanto anhelamos.


Cristo es el Buen Pastor, por gracia suya formamos parte de su rebaño... ¡Volvamos a Él!

No hay comentarios:

Publicar un comentario