martes, 30 de abril de 2013

Comentando las "catolicadas" (Capítulo 1)


Una excelente oportunidad para clarificar temas de "frontera".

Ya había compartido un poco acerca de las "CDC" ("Católicas por el Derecho a Decidir"). Para ver el post, de click aquí... Sin embargo, agradezco mucho el dato que María Elena Ocegueda Juárez, preclara compañera de mi trabajo en el SEDEC de Guadalajara, me compartió, y me propuse el reto de afrontar esta serie animada, comentándola, capítulo por capítulo, con argumentos sólidos y en concordancia con el real magisterio de la Iglesia Católica.

Cabe señalar que se ve que a esta serie "se le ha invertido"... hay quienes dirán que "convence", que "está divertida", o que "se ve muy bien hecha"... en sus propias palabras, los creadores de la campaña aseguran que "las posiciones y declaraciones de los Obispos toman vida a través del personaje del Padre Beto, y las enseñanzas de la tradición católica así como los valores y percepciones de la feligresía son representadas por la entusiasta y aguda Sor Juana".

Tenemos material "para rato"... analizaremos qué tanto hay de verdad en su opinión... comencemos con el capítulo 1: Una mejor Iglesia


Síntesis del video:

Aparece en escena el Padre Beto, y Sor Juana, supuestamente enviada por el Arzobispado para ayudarle con la parroquia...

El Padre Beto, muy extrañado, le aclara que él pidió "UN SACERDOTE"... Sor Juana, evidentemente emocionada, hasta pegando de brinquitos, le dice que "si él se lo autoriza, ella podría ayudarle en caso de emergencia a impartir los sacramentos".

El Padre Beto, como era de esperarse, asegura que ahí debe haber "un error". Sor Juana alega que el error real es la "estructura patriarcal de la Iglesia".

"Patriarcal", según Sor Juana, significa una Iglesia que excluye a las mujeres impidiéndoles ser sacerdotes. Es posible una nueva teología que no imponga sólo a los hombres. En varios países del mundo trabajan cientos de personas bajo el nombre "Católicas por el Derecho a Decidir" por una mejor Iglesia, que promueva el amor al prójimo, que respete la diversidad, que no juzgue ni castigue a las mujeres, sino que las acompañe y camine junto a ellas".

El Padre Beto dice que hablará con el Arzobispo, que lo resolverá con una llamada. Sor Juana pide algo de comer, que se muere de hambre; el Padre dice que está bien, que hable con "Prudencia" (refiriéndose quizás a la cocinera del curato), pero que ni deshaga su maleta...

Sor Juana concluye diciendo que después de la llamada se quedó en la Parroquia, porque el Arzobispo le hizo ver que cada vez hay menos sacerdotes...

Análisis del video:

1. Los párrocos, ciertamente, solicitan al Arzobispo (si es que se trata de una Arquidiócesis, o al Obispo titular, si se trata de una Diócesis), la ayuda de algún Vicario (un Sacerdote que haga las veces del párroco, y que coopere con él en el cuidado pastoral de la comunidad), o incluso, en la medida de las posibilidades, de algún Diácono (de un varón que haya recibido el Sacramento del Orden en este grado. Puede ser "permanente", es decir, un hombre que siempre ostentará este grado del Orden Sacerdotal, sin aspirar al Presbiterado o al Episcopado; o  transitorio, es decir, un Diácono que sólo ostentará este grado un determinado tiempo, pudiendo aspirar a otro de los grados del Orden Sacerdotal). Pero no es necesario que un párroco pida a su Obispo la cooperación de una religiosa, ya que ellas, ordinariamente, viviendo en comunidad, se ciñen a las normas particulares de su congregación, y su trabajo, en consonacia ciertamente con el titular de la Diócesis, es constantemente avalado por las normas de su carisma. Es decir, los religiosos y religiosas tienen "abades" o "superioras", y un consejo que promueve o frena el desempeño de sus miembros en la vida eclesial.

2. El único Sacramento que todo cristiano puede administrar en caso de emergencia es el Bautismo (Ver CIC 861). En todos los demás sacramentos, con excepción del matrimonio, donde la pareja funge como ministros de su unión, los ministros ordinarios son el Diácono (bautismo), el Presbítero (bautismo, reconciliación, eucaristía, y unción de enfermos) o el Obispo (bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía, unción de los enfermos, orden sacerdotal y.matrimonio).

3. ¿Qué podemos decir de la estructura "patriarcal" de la Iglesia? "Patriarca" proviene de dos palabras griegas: "Pater" ("padre"), y "Arco" ("mandar"). En las sociedades antiguas era frecuente el "patriarcado", refiriéndose a la responsabilidad y al poder que ostentaba el jefe de la comunidad. La Iglesia Católica, ciertamente, y sin afán de opacar excesos y atropellos que se han dado en el pasado, fiel a una tradición bimilenaria, descansa la responsabilidad eclesial en varones, pero esto no significa que se minusvalore, se atrofien los derechos, o se denigre la dignidad de las mujeres. En la Iglesia, todos sus miembros, hombres y mujeres, formamos parte del Cuerpo Místico de Cristo, y cada uno debe hacer su función en bien del mismo (Ver 1 Co 12). Es un tema que nuevamente vamos a tratar en capítulos posteriores.

4. No sólo las Católicas por el Derecho a Decidir, sino cualquier persona con sentido común, comprende que es necesario que se promueva el amor al prójimo, que se respete la diversidad, y que no se juzgue ni se castigue a las mujeres, sino que se les acompañe y se camine junto a ellas. La Iglesia Católica jamás podrá oponerse a esto...

5. La falta de Vocaciones Sacerdotales no debe "relajar" la autoridad o el gobierno de la Iglesia. Los fieles laicos tienen su papel y deben desempeñar con responsabilidad y mucha generosidad sus carismas en ella. Desde nuestro bautismo hemos sido incorporados como miembros de Cristo: Somos sacerdotes de Cristo, de Cristo somos profetas, y de Cristo somos reyes. Por último, señalemos que esta distinción jerárquica (sacerdocio ministerial y sacerdocio de los fieles), no debe obstaculizar que profesemos, celebremos y vivamos nuestra fe...

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