jueves, 31 de enero de 2013

"Bitstrips", una divertida y muy útil aplicación...


En esta era tan "acelerada" en que nos ha tocado vivir, las redes sociales juegan, sin duda, un papel importantísimo para compartir cualquier tipo de contenidos y con el mundo entero...
 
Facebook no sólo sirve para "exponer" la vida privada... ni sólo para presumir que tienes 5 000 amigos (aunque a muchos de ellos ni los conozcas personalmente)... ni sólo para ser el propietario de "granjas ficticias"... ni sólo para enterarte de los últimos chismes de la jornada...

"Bitstrips" es una aplicación de facebook (con más de un millón de seguidores), muy útil para crear "avatares" (imagen "identificadora" y caricaturizada en perfiles de internet)...

Bien aprovechada, esta aplicación también puede ayudarnos a evangelizar... la imagen que comparto hoy con ustedes es un primer intento de utilización...

Nota final: 

¡Mucho cuidado! Esta aplicación también puede llegar a ser "tremendamente adictiva"...

miércoles, 30 de enero de 2013

No es Valor... es Amor (Cuento)


Para mí, Jerónimo era un joven "valiente"... hijo de madre soltera... arquitecto de profesión...

Lo conocí desde niño, estudiamos juntos la primaria y jugábamos en el mismo equipo de futbol... yo sabía que el desarrollo de su vida no había sido nada fácil, y también sabía del cariño tan profundo que siempre le había prodigado a su madre...

Los médicos le habían diagnosticado a su venerable ancianita un cáncer fulminante y agresivo... las células dañadas rápidamente se extendieron por todo su cuerpo y los tratamientos no le auguraban nada bueno... le llaman "medicina paleativa"... realmente, no había mucho que hacer...

Fue entonces cuando Jerónimo tomó la decisión más grande de su vida: Renunció a su trabajo, pidió un préstamo al banco, y se dedicó con todas sus fuerzas y recursos a cuidar los últimos días de su madre... 

Pagó todos los medicamentos y aprendió los horarios de cada uno de ellos; la llevaba siempre puntual a sus sesiones de quimioterapias; luego, cuando la enfermedad se tornó "terriblemente terminal", y cuando su madre ya no podía hacer nada por sí sola, la bañaba, le daba de comer en su boca, arreglaba la casa, traía los mandados, cambiaba las sábanas, y recogía con toda su ternura los cabellos de su madre que tristemente caían día con día...

Trataba de ignorar los quejidos y lamentos de su ancianita... pero también le dolían sus dolores... pasaba noches enteras sin dormir, y de vez en cuando, lloraba en silencio...

Una tarde, cuando su madre estaba dormida, "presa" de los más poderosos analgésicos, llegó hasta mi puerta, y me pidió un poco de tiempo...

- ¡Claro, pasa! - le dije - ¿Cómo estás?

- ¡Ay!, rendido... necesito platicar contigo...

Hablamos de muchas cosas, pero nunca se quejó de su madre... yo, jamás quise incomodarle con mi imprudencia, preguntándole por el estado de su ancianita... sin embargo, estando ya por despedirse, me pidió humildemente que orara por él y por su mamita enferma...

- ¡Por supuesto, Jerónimo! ¡Cuenta con ello!

- Muchas gracias...

Fue entonces cuando "rompí mi promesa" y le hice una pregunta incómoda, pero una que encontró la más sensata respuesta de sus labios:  

- Jerónimo... ¿Cómo le haces? ¿De dónde sancas tanto Valor?

- No es Valor, amigo... ¡Es Amor!

* * * * * * * * * *

¿De dónde se sacan fuerzas para soportar la rutina de todos los días?

¿Cómo le hace una madre para acostarse siempre al último y levantarse cada día más temprano, y tener tiempo además para barrer, trapear, lavar la loza, planchar, hacer la comida, llevar los niños a la escuela, y etcétera, etcétera y etcétera?

¿De dónde se reciben las energías necesarias para que un padre de familia trabaje en dos o hasta en tres turnos mal pagados con tal de llevar el sustento a su familia?

¿Cómo es que un párroco puede celebrar 7 u 8 misas dominicales, y seguir "fresquecito" para atender a su feligresía?

Sin duda, esta lista debería ser más larga...

Pero aún cuando constantemente miramos a nuestro alrededor muchos y muy malos ejemplos, podríamos pensar que nuestro mundo está lleno de hombres y de mujeres Valientes...

Pues no... no se trata de tener Valor... sino de tener AMOR...

martes, 29 de enero de 2013

Llévate al Hijo... (Cuento)


Había una vez, en un lejano país, un hombre bastante anciano, heredero de una gran fortuna y de un prestigiado acervo de obras de arte, entre las que destacaban algunas pinturas de los más famosos artistas y otras que no aparentaban sino ser meras obras de afición.

Aquel venerable anciano, previendo su pronto deceso, quiso dejar todo en orden, y en claro testamento precisó cómo debían distribuirse todas sus posesiones.

El hombre finalmente murió y, atendiendo a su voluntad, se hizo una subasta donde se venderían sus pinturas.

Muchas personas, hombres y mujeres, ricos y amateurs, acudieron pultualmente a la subasta con la esperanza de poderse comprar alguna obra que valiera la pena, y es que aquella galería era, realmente, exquisita...

Llegó la hora, y el subastador aclaró, antes que nada, que todo debía hacerse según lo que el antiguo poseedor de aquellas obras había dictado en su testamento... que existían reglas muy precisas... y que él no se permitiría cambiar la voluntad de tan honorable benefactor ya que, del dinero obtenido, se entregaría todo a una institución de beneficencia...

Todos estuvieron de acuerdo y, mucho más que ansiosos, contemplaron la primera obra a subastar. Se trataba de un retrato. Un cuadro de unos 20 x 40 centímetros. Realmente "mal pintado" y con muy poco arte... Era el retrato del hijo del benefactor.

- ¿Cuánto dan por el hijo?

Preguntaba el subastador... pero la asamblea estaba impaciente... un "anónimo" contestó desde el fondo de la sala y con muy poca cortesía:  

- Amigo, deja ese cuadro. Estamos interesados en los de los más famosos pintores.

Sin embargo, el subastador seguía gritando:

- ¿Cuánto dan por el hijo? ¿Quién se llevará al hijo?

Nadie ofrecía nada. Pero la multitud sí dejaba que se escucharan sus quejas y lamentos...

Después de un tiempo considerable, un hombre pobre se atrevió a gritar:

- Un dólar.

El subastador se emocionó, y tomó la oferta con seriedad.

- ¡Miren! Este señor nos ofrece por el hijo un dólar. ¿Alguien más quiere ofrecer una cantidad mayor?

Pero todos reían, y es que no es común escuchar este tipo de cantidades en las subastas.

Pero sin desanimarse, el subastador continuó:

- Un dólar a la una... un dólar a las dos...

De pronto, un hombre mal encarado, entre pucheros, alegó:

- ¡Por Dios! Ya, denle a ese pobre señor el cuadro, queremos los demás...

- ¡Un dólar a las tres! - dijo el subastador - Se cierra la oferta. El cuadro es suyo y, según lo que precisa este testamento, todos los demás cuadros también puede llevárselos...

Todos, al escuchar aquellas palabras, quedaron perplejos y sin terminar de asimilar lo que el subastador había dicho, uno preguntó:

- ¿Cómo? ¿Se acabó ya la subasta?

- Así es, señor - continuó el subastador - aquí hay órdenes precisas de que la galería será propiedad de aquel que se lleve al hijo...

* * * * * * * * * * * * 

¿Recuerdas, amable lector, el precio con el que Judas se conformó por entregar a Jesús a los ancianos de su época?

Sí, treinta monedas de plata... un precio realmente bajo...

¡Así de miserable se tasó al Hijo de Dios!

Ahora, la situación no ha cambiado mucho. Nosotros seguimos ofreciendo una "bicoca" por lo sagrado.

Sin embargo, a Dios no le importa que por su Hijo se ofrezca apenas nada... 

¡Llévate al Hijo, y con él tendrás todo!

lunes, 28 de enero de 2013

Un santo "grande": Tomás de Aquino


Así es, Santo Tomás de Aquino era "grande" en todo sentido: De talla, de pensamiento, de ideales y, por supuesto, de virtud...

Se discute aún la fecha y el lugar de su nacimiento, pero se oscila que podría haber visto la luz en 1224, en el castillo de Roccasecca (cercas de Aquino, Italia).

Después de una vida "acomodada" (su familia pertenecía a la nobleza napolitana), a los veinte años decidió tomar el hábito de los dominicos (orden de predicadores), y por un espacio de tres décadas (murió en 1274, de camino al Segundo Concilio de Lyon), se dedicó a estudiar, a compilar y a compartir la filosofía y la teología cristianas.

Tenía un cerebro prodigioso, y una capacidad enorme de concentración. Dicen que era capaz de dictar a ocho secretarios, ocho temas diversos, y sin perder el hilo en ninguno de ellos...

Era todo un "fan" de la comida, incluso hay historiadores que afirman que sus compañeros de claustro tuvieron que hacerle una "adaptación" a su escritorio para que pudiera sentarse, sin problemas con su vientre, a estudiar y discernir acerca de la fe que ahora nosotros comprendemos mejor gracias a sus aportaciones.

Su mayor y más conocida obra es la "Summa Theologica", un tratado en tres partes donde se expone amplia y magistralmente la doctrina católica...

Cuentan que cierta noche, estando aún la obra inconclusa, tuvo una visión donde se le apareció Jesús y le decía:

"Por lo bien que has escrito de mí, Tomás, ¿Qué quieres que te dé?"

A lo que el Santo respondió con humildad:

"Nada que no seas tú, mi Señor..."

Después de esta hermosísima visión, sintió que toda su obra no era más que "paja" y "basura", por tal motivo quiso quemarla... pero sin éxito... gracias a Dios uno de sus secretarios pudo salvarla a tiempo...

Aunque murió el 7 de marzo, sus restos fueron trasladados el 28 de enero de 1369 a Tolosa de Languedoc, y por tal motivo la liturgia recuerda su memoria un día como hoy.

Fue canonizado el 18 de julio de 1323 por SS Juan XXII en Aviñón, Francia. Es patrono de todos los establecimientos educativos católicos.

El Seminario de Guadalajara hace anualmente un paseo - torneo de futbol en su honor...

sábado, 26 de enero de 2013

El Espíritu del Señor está sobre mí...


Después de ser bautizado, Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu Santo, y su fama corrió por toda aquella región. Enseñaba con atoridad y todos apreciaban sus discursos...

Luego, regresó a Nazaret, la tierra donde se había criado, y el sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre...

La sinagoga (en hebreo "bet hakeneset" = "lugar de reunión"), era el edificio destinado a la oración, la lectura y la explicación de la Escritura. Bastaban diez varones para conformarla, y había una persona que presidía y dirigía las ceremonias, vigilaba el orden y designaba al lector.

Estos pasajes de la Biblia (coincidentes casi en su totalidad con nuestro Antiguo Testamento) estaban escritos en hebreo... podemos comprender que no toda la gente del pueblo hablaba o entendía perfectamente el idioma, ya que se convirtió con el paso de los siglos en una lengua de culto y de Templo.

La gran mayoría de los judíos hablaba en arameo, una lengua semita emparentada con el hebreo y, por tanto, era costumbre también que una persona hiciera simultáneamente la traducción de lo leído al idioma popular.

Pues bien, Jesús se puso de pie para hacer la lectura y le pasaron el libro del profeta Isaías; lo desenrolló y encontró el pasaje donde estaba escrito:

"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva; para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos; para dar libertad a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor..."

Si reflexionamos un poco sobre este párrafo, diremos que nosotros siempre debemos hacer todo motivados por el Espíritu Santo; también que impulsados por su acción debemos lanzarnos comprometidos a la proclamación de la Buena Nueva y hacer finalmente las obras que aclaran mejor la presencia del Reino de Dios entre nosotros:

- Anunciar la liberación a los cautivos.- Como a aquellos que viven sometidos por el pecado, por la desilusión de la vida, por el rencor que los asfixia, por el odio o la depresión...

- Anunciar la curación a los cieglos.- Como a aquellos que no pueden ver, porque viven cegados por las apetencias o satisfacciones que les ofrece el mundo, por los placeres efímeros y que nunca terminan de saciar...

- Dar la libertad a los oprimidos.- Como a aquellos que viven ofuscados por la pereza o el desánimo, presos de los vicios y de la moda...

- Proclamar el año de gracia del Señor.- Como a aquellos que esperan ansiosamente su "jubileo", es decir, "su año de liberación" o de satisfacción de las deudas contraídas a lo largo de su existencia...

Es verdad, necesitamos aprender a dirigirnos siempre por el Espíritu Santo, y hacerlo el único motor de nuestra vida.

Dicen que Santa Teresita del Niño Jesús, al hablar sobre la acción del Espíritu Santo, expresó en cierta ocasión:

"¡Qué cosas tan maravillosas haría Dios en las almas, si las almas se dejaran hacer!"

Según estas inspiraciones, esto es lo que debemos hacer:

Dejar que el Espíritu Santo descienda y actúe; olvidarnos de nosotros mismos y entregarnos plenamente a Él, porque Dios también nos ungirá con este bálsamo bendito, para llevar a los más necesitados la Buena Noticia, para transmitir la liberción a los oprimidos y para proclamar la misericordia del Señor... 

viernes, 25 de enero de 2013

Himno Paulino


Celebrando hoy la Conversión de San Pablo, comparto con ustedes un Himno en su honor. Espero que sea de su agrado.

HIMNO PAULINO
 
Caminos de locura o santidad,
el tiempo podrá bien decirlo.
Un hombre encontró la verdad,
y nadie podrá disuadirlo,
y nada podrá deprimirlo.

* * * * * * * * * *

Su pueblo y su gente dejó,
su patria, trabajo y amigos.
La vida en él se trocó:
Profeta incansable y activo,
en lucha encontró su martirio.

* * * * * * * * * *

De joven, la Biblia estudió,
versado en la Ley y en Escritos.
La vida de antaño olvidó,
halló su tesoro escondido:
Jesús, su Maestro y Amigo.

* * * * * * * * * *

Es Pablo, el apóstol de Dios,
a quien cantamos el Himno.
Aquel que su vida inmoló.
Aquel que plasmó en pergaminos
la gloria del Padre en su Hijo.

Amén.

jueves, 24 de enero de 2013

Una "ansiada" alegoría para México...


Marzo de 2003... 

Una mujer extranjera (nacida en Lille, Francia) de casi treinta años (nació en 1974), llegaba a México junto a su hermano, con la intención de crear una empresa de equipo médico... 

Cuatro años después, miembros de la Agencia Federal de Investigación de nuestro País (AFI) arrestaron a "su banda", y ella fue acusada de severos cargos: secuestro, delincuencia organizada y posesión ilegal de armas... 

Su "novio" (un tal "Israel Vallarta") comandaba una poderosa organización delictiva (los "Zodiaco")... aparentemente ella colaboraba con su pareja en los ilícitos, y fue puesta a disposición de la autoridad...

No está por demás enunciar que dos de los "medios de comunicación de nuestro País", se confabularon con algunos agentes para hacer una "recreación" de los hechos, presumiendo la liberación del Sr. Ezequiel Yadir Elizalde Flores, Cristina Ríos Valladares y su hijito de 10 años, secuestrados un día anterior y en otro lugar...

El hecho indignó sobremanera a la extranjera... y comenzaron los "dimes y diretes"...

Para no alargar más esta narración, después de un "juicio" que puso en serias dificultades las relaciones de nuestra Patria con la "nación de ratatouille", y tras haber pasado dieciocho meses de procesos judiciales, fue sentenciada a 95 años de prisión, los que finalmente se redujeron a 60 años...

Florence Marie Louise Cassez Crepin, mejor conocida como "Florence Cassez", luego de una "purga" de siete años en el Centro de Readaptación Femenil de Tepepan (al Sur de la Cd. de México), en dramática e inaudita decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJ), fue absuelta el 23 de enero de 2013... se le otorgó un "amparo liso y llano, además, su inmediata liberación", al encontrar "evidentes inconsistencias en las declaraciones de los testigos presentados para incriminarla"...

Los "Jueces" de nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación, se "disculparon" del hecho, evento que inmediatamente "afectó" la sensibilidad de los mexicanos, aclarando que "fallaron" en el sentido de que se violaron los derechos de Cassez en el momento de su arresto, no respecto a su "inocencia" o "culpabilidad"... además, manifestaron su "solidaridad" con las víctimas de secuestro...

El caso es que esta mujer está libre y mantiene en alto su frente ante los medios. En su País natal la han recibido como toda una heroína... ahora, pasando de "victimaria" a "víctima", aclaró que ella misma fue "presa de un secuestro", ya que siete años estuvo "peleando porque se le hiciera justicia", "defendiendo con rabia su inocencia", y al fin logró encontrarla, pues en México, según ella, se vive actualmente una "auténtica democracia"... finalmente, afirmó que "podría volver a nuestra Nación, pues sería bueno dar la cara, ya que no tiene nada que esconder", y que con su sentencia "todo México ha ganado"...

* * * * * * * * *

Yo no sé si el apellido o la nacionalidad sirvan para hacer que nuestros Jueces se preocupen por analizar los "juicios" de todos los que están recluídos en nuestras prisiones...

Yo no sé si esta mujer realmente cometió o no los delitos que se le atribuyen...

Yo no sé si todo lo que nos presentan los medios sea mera "recreación" de los hechos, o si nos presentan "verdades a medias" o "mentiras totales"...

Yo no sé si nuestro actual mandatario (o cualquiera de sus subordinados) esté actuando "por el bien de la Nación", o por otro menos digno y particular...

Lo que sí sé es que en México estamos experimentando una grande "sed de justicia"... que los mexicanos soñamos con una Nación próspera, democrática, libre y en paz...

¿Será posible que aquí se pueda vivir lo que el Salmo 85 nos propone: "La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron"?

Nota Final:

La imagen que abre este post no pretende solicitar polémicas sexuales... sólo ilustrar la cita aquí expuesta...

miércoles, 23 de enero de 2013

Jesús, Hijo de María... y del Espíritu Santo



“El Verbo de Dios se hizo carne”, dice el Evangelio según San Juan (Ver Jn 1, 1 – ss).

¿Cómo sucedió esta maravilla?

Los Evangelios de San Mateo y San Lucas nos lo narran. De manera especial este último evangelista nos hace una bellísima descripción (Ver Lc 1, 26 – 38).

La primera obra que el Evangelio atribuye al Espíritu Santo es la concepción virginal de Jesús, que María no entiende y por eso pregunta al ángel: ¿Cómo será esto pues no tengo relaciones con ningún hombre?, y recibe su respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. 

Esta acción del Espíritu Santo hace que María llegue a ser madre, no con la cooperación de un hombre, sino por el poder de Dios que genera la vida.

Esta es una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humana (es un “misterio”), así se lo explicó el ángel a San José, hombre justo, que al enterarse de que su esposa esperaba un hijo no quiso denunciarla, sino que decidió separarse de ella en secreto; después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José , no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo” (Ver Mt 1, 19 - 20).

San Lucas en la introducción de su Evangelio dice que, antes de ponerse a escribir, “investigó cuidadosamente todo lo sucedido desde el principio” (Lc 1, 3). Pues bien, la tradición nos ha legado que probablemente esta “investigación” estuvo atendida por María, quien fue testigo privilegiado de tales prodigios…

Sólo ella supo qué pasó en esos instantes del anuncio y después de su aceptación del Plan de Dios: Aquél, que los cielos no podían contener, está en su seno, revistiéndose de la naturaleza humana y empezando a ser su hijo. Se trata de una presencia misteriosa, única e inexplicable.

¿Qué habrá sentido María con esa presencia divina en sus entrañas?

¿Hasta qué punto pudo comprender esa realidad de que Dios la había escogido para ser la madre de su Hijo hecho hombre?

Lo único que sabemos es que al aceptar esa misión se puso en camino y “fue de prisa” a ayudar a su pariente Isabel, quien estaba esperando un niño, a pesar de ser estéril y de avanzada edad.

La presencia del Hijo de Dios en su seno hizo saltar de alegría al hijo de Isabel, y ésta, llena del Espíritu Santo se estremeció, exclamando a “a grandes voces”: 

“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme?” (Lc 1, 41 – 43).

Fue entonces cuando María pudo romper el silencio en que la tenía aprisionada el gran misterio que la había transformado en Madre: 

“Mi alma glorifica al Señor y mi Espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva”  (Lc 1, 46 - 48).

En María, el Espíritu Santo manifiesta al Hijo del Padre… hecho hijo de la Virgen.

Por eso, llena del Espíritu Santo, María presenta al Verbo en la humildad de su carne, y Él se dará a conocer más tarde a los pobres (Ver Lc 2, 15 - 19).

Por medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner en comunión con Cristo a los hombres, y los humildes y sencillos serán siempre los primeros en recibirle: los pastores, los magos, Simeón y Ana, los esposos en Caná, los primeros discípulos… (Ver CEC 724 - 725).

En el misterio de la Encarnación (un misterio divino que consiste en que el Hijo de Dios, cumpliendo la voluntad del Padre, vino a “meterse a nuestra carne”, y “tomó nuestra condición humana sin dejar de ser Dios”), hay una misión conjunta del Hijo y del Espíritu Santo, pues cuando el Padre envía a su Hijo, envía también su Espíritu: misión en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos… pero inseparables.

El Catecismo de la Iglesia Católica aborda este tema, y nos explica que “Cristo manifiesta la imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien nos lo revela” (Ver CEC 689).

Jesús, por estar lleno del Espíritu Santo desde su concepción, en orden a nuestra santificación nos regala la plenitud de su Espíritu.

Esto aparece ya en la visita de María a su parienta Isabel, la cual, ante la presencia del Hijo de Dios en el seno de María “quedó llena del Espíritu Santo” (Lc 1, 41).

Isabel reconoce al Mesías como su Señor, y a María como su Madre, por eso, llena del Espíritu Santo, exclamó: 

“Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lc 1, 42- 45).

Nosotros, al igual que Isabel, ¿hemos reconocido a Jesús como Señor?

lunes, 21 de enero de 2013

Vida para mí (breve poesía)


Le pedí al tiempo un minuto,
y quise aprovecharlo en ti...
Le pedí al espacio un rescoldo,
y quise meterte allí...

* * * * * * * * *

Como ves, tiempo y espacio,
en un "ahora" y en un "aquí",
me han devuelto la vida
aún antes de morir...

* * * * * * * * * *

¡Qué detalles del destino!
Soy remedo de arlequín;
un tatuaje permanente...
¡Un retablo de marfil!

* * * * * * * * * *

Esta copla enamorada,
como gota carmesí,
entre brasas y destellos,
se inspiró en tu vida... vida para mí...

domingo, 20 de enero de 2013

¡Hagan lo que Él les diga!


Celebramos el Segundo Domingo del Tiempo Ordinario, y la liturgia nos presenta para la reflexión de este día un trocito del Evangelio de San Juan, Capítulo 2: Las Bodas de Caná.

En esta perícopa resalta la figura de Jesús, asistiendo como invitado a una celebración nupcial con sus discípulos, pero sin ninguna intención de realizar obras prodigiosas. ¿La razón? Todavía no ha llegado su hora...

Por otro lado encontramos a María, servicial, solícita, y muy atenta a las necesidades de los anfitriones: Se les ha acabado el vino...

Entonces, nuestra Señora "apura" a su Hijo, para que obre en favor de los esposos, ya que si no los atiende están a punto de pasar "el oso de su vida"...

El vino es signo de alegría, de gozo, de aprender a compartir. San Juan anota que todos comienzan dando el mejor vino, y cuando ya han bebido suficiente los convidados, viene el corriente, sólo para "continuar" el ambiente y no entorpecer a los embrutecidos en su afán de escanciar una copa tras otra...

Jesús intenta "zafarse" de aquel "embrollo", y dice a su Madre: "Mujer, ¿Qué podemos hacer?"

Pero María, "ignorando" las "quejas" de su Hijo, dijo a los sirvientes: ¡Hagan lo que Él les diga!

Hermosísimas palabras que ganaron la primera señal milagrosa del Señor... con ella, sus discípulos conocieron su gloria y creyeron en Él...

Hoy, María nos sigue diciendo, apurando a su Hijo para "resolvernos la existencia": Hagan lo que Él les diga...

¡Qué de milagros veremos! ¡Con esta Abogada... nuestro juicio sí que está ganado!

sábado, 19 de enero de 2013

Entre Jesús y María (Canto)


Hemos concluido el tiempo de la Navidad y con la celebración de este Domingo iniciamos ya el tiempo Ordinario. 

La liturgia nos presenta a un Jesús adulto y dispuesto a cumplir la voluntad de su Padre.

María, sin duda, sabía que este tiempo llegaría, pero el "drama" de su despedida debió ser todo un evento.

En el canto que ahora les comparto se trata de reflejar, por un lado, la conciencia de Jesús de que "ha llegado su hora", y por otro, la aceptación de María a este plan de Amor y Redención.

La letra es de un servidor, la música y el arreglo es de Ismael Romo Cuéllar. Interpretan: Gerardo Carrillo y Zenaida García. 

Este canto forma parte del Disco "Jesús vive entre nosotros 4", y fue producido en los estudios 9ymedia. Espero que sea de su agrado:

ENTRE JESÚS Y MARÍA

Han pasado treinta años, 
y creo que el tiempo llegó.
Me voy, Madre, ya es hora:
¡Cumplamos la voluntad de Dios!

Para esto he venido,
para esto he sido enviado:
Salvar a los hombres
es precio que pago...
¡Es precio que pago!

Han pasado treinta años,
y creo que el tiempo llegó.
Ve en paz, Hijo, ya es hora:
¡Cumplamos la voluntad de Dios!

Para esto has venido,
para esto has sido enviado:
Salvar a los hombres...
Qué precio tan alto.
¡Qué precio tan alto!

Y para apreciar mejor la letra, les dejo el siguiente video ilustrativo:


viernes, 18 de enero de 2013

Dios proveerá... (Cuento)


Ingresó al seminario a los 12 años de edad. Su padre no estaba de acuerdo en su decisión, pero tal parecía que si Dios había sembrado esta inquietud en su corazón no habría fuerza terrena que pudiera disuadirlo...

Comenzó su formación, y con honores; al inicio, su padre tomó el compromiso de pagar las simbólicas mensualidades que el seminario pedía por la manutención y educación integral de su pupilo.

Pero al cabo de un año, el padre de aquel pequeño seminarista esperaba impaciente que su hijo declinara en su insistencia por seguir en el seminario. 

Sin embargo, al constatar su tenacidad, quiso "hacerlo entrar en razón" contándole cuánto costaban los libros, los uniformes, los demás útiles escolares y todos los gastos que suponía continuar el nuevo año escolar. 

El seminarista, humildemente, le dijo a su padre:

- Papá, no se preocupe. Dios proveerá.

A lo que su padre, muy indignado, replicó:

- ¡Dios! ¿Cuál Dios? ¿Cómo que "Dios proveerá"? ¡Soy yo quien te está proveyendo!

Y el joven concluyó:

- ¡Papá, Diosito es así: Él de todo y de todos se vale!

* * * * * * * * * *

¡Qué hermoso es confiar en la Providencia Divina! ¡Qué lindo es sentir que Dios ya está "viendo por" nosotros, y esté siempre atento a nuestras necesidades aún antes de que nosotros se lo pidamos!

Jesús nos dijo: "No se inquieten pensando qué van a comer o a beber para subsistir, o con qué vestirán su cuerpo... ya sabe el Padre Celestial lo que necesitan. Busquen primero el reino de Dios y hacer su voluntad, y todo lo demás les vendrá por añadidura..." (Ver Mt 6, 25 - 34)

Hagámosle caso... confiemos en su Palabra...

jueves, 17 de enero de 2013

Mi máquina y yo...


Tengo una muy buena computadora.... mi hermano me la armó y se encargó de ponerle todo aquello de lo que en su tiempo era considerado "de lo mejor", "de lo más potente" y de lo que podría llamarse "de vanguardia"...
 
Sin embargo, estos días he estado batallando con mi Pc... simplemente no me deja trabajar... apenas si la enciendo y luego de unos dos o tres escasos minutos se vuelve a apagar... así, solita, de la nada...

Es una máquina, lo sé... y tiene "todo el derecho" de no funcionar como yo quisiera... yo creo que necesita unas buenas sesiones técnicas... comprendo que su vida útil es limitada pero... pero... no deja esto, instintivamente, de "molestarme"... y me ha hecho pensar...

Estas cuantas líneas las escribo desde la máquina de mi mamá... será un post muy breve...pero espero que resulte edificante...

Mi computadora me recordó también que todos necesitamos, de vez en cuando, de una muy buena terapia espiritual... conviene que veamos cómo vamos llevando nuestra vida cristiana... debemos analizar cómo anda nuestro compromiso evangelizador... hay que checar cómo va nuestra entrega desinteresada, nuestro amor a Dios, a los demás... en pocas palabras, necesitamos hacer un buen "examen de conciencia"...

A mi máquina, probablemente, se le metió un "virus", y será conveniente "inyectarle" un buen "software" que la "purifique"... quizás tenga que cambiarle alguna o algunas piezas... o tal vez sólo necesita una muy buena "desfragmentada"...

En todo caso, descubro que también ya está cercano el tiempo de la Cuaresma, y será muy bueno "analizar" y "reparar" mi servicio a Cristo en mis hermanos... Se acerca la hora de tomar un mantenimiento general...

Si tú, querido lector, crees que también lo necesitas, no lo dudes... ¡Estás a tiempo!

miércoles, 16 de enero de 2013

Soy la nube... (Breve cuento)




Como todo lo que existe, comencé a vivir gracias al amor.

El mar, los ríos, los lagos, la vegetación, el vapor... todos ellos dieron algo de sí para que yo pudiera nacer.

Poco a poco voy creciendo, y me voy haciendo fuerte. El viento silba dulcemente entre mis abombadas ondas, y aquí dentro combaten el rayo, la nieve, la lluvia, la bruma, y la neblina... 

Siempre estoy de viaje, y siempre cambiando de forma. 

Me gusta andar "a la moda", y adopto el color más apropiado, según lo vaya marcando el tiempo, o lo sugieran las estaciones: a veces azul, otras blanco, negro, gris, verde o hasta morado...

Bien sé que algún día seré yo quien, también por amor, brinde algo de mí para que los demás vivan...

El ciclo del agua reclama estas gotas que almaceno...

Cuando llegue ese momento, cuando por fin sea yo quien dé la vida con mi muerte, aunque aparentemente haya dejado de existir, continuaré una nueva vida, transformada, y el mundo podrá aún gloriarse de contar mi generosa entrega... 

A su tiempo, pero seguramente, comprenderemos todos que siempre hay más alegría en dar que en recibir...

martes, 15 de enero de 2013

Es mi naturaleza... (Cuento)


Érase una vez, a la orilla de un riachuelo, un pequeño alacrán que esperaba ansioso a un pececillo que le hiciera el favor de cruzarlo al otro extremo del caudal...

Como era de esperarse, ningún pez se atrevía a cargar sobre sus lomos al alacrán. Y es que... ¡Era un alacrán!

Sin embargo, un tímido pececito "se entretuvo de más" platicando con el alacrán... Le decía:

- Anda, pececito, llévame a la otra orilla de este riachuelo.
- No - respondió el pececito - ¡Eres un alacrán! Si te llevo así, como dices, me vas a picar...

El alacrán cambió, entonces, el tono de su voz, y le insistió con mayor "ternura":

- ¡Por favor, pececito! ¿Cómo puedes pensar acaso que yo te picaría? Tú me estarías haciendo un favor, y una bondad así no se puede pagar con un piquetazo de mi aguijón... Además, si yo te picara, tú te ahogarías y yo... simplemente moriría... 
- Bueno... tienes razón... ¡Prométeme que no me vas a picar!
- ¡Te lo prometo, pececito! ¡Te lo prometo!

Y el ingenuo pececito dejó que el alacrán se subiera a su espalda... 

Mientras iban por la superficie del río, el pececito trataba de "sacarle plática" al alacrán, porque tenía mucho miedo de que fuera a romper su promesa y le picara... por su parte, el alacrán trataba de "contestarle aprisa", porque estaba haciendo un esfuerzo mayúsculo, tratando de contener su cola... ¡Sentía un fortísimo impulso de picar a su bienechor!

Cuando iban ya casi llegando a la orilla, el alacrán no pudo más, y alzando su cola, descargó un aguijonazo sobre la espalda del pececito... 

El pececito sintió aquella descarga venenosa, y muy triste le dijo al alacrán:

- Me mentiste, alacrán... rompiste tu promesa... me picaste... me vas a matar...

Y el alacrán, también muy triste, le confesó:

- ¡Pececito! Discúlpame... es mi naturaleza... soy un alacrán... 

* * * * * * * * * *

¿Cuántas veces hemos caído ingenuamente en propuestas similares? 

Decía San Pedro en su primera carta: "El diablo, como un león rugiente, ronda buscando a quien devorar" (Ver 1 Pe 5, 8). No hay de otra, querido lector: "Hay que resistirle, firmes en la fe"... 

Recordemos las palabras de nuestro Señor:

"Un árbol bueno da frutos buenos... un árbol malo, malos" (Ver Mt 7, 17) Es su "naturaleza".

Finalmente, bien que aplica refrescar aquí el dicho tan conocido que reza: "A quien buen árbol se arrima... buena sombra le cobija..."

¿Por qué arriesgarse a perder la vida en nimiedades? ¿Valdrá la pena enrolarse en un "caso perdido"?

domingo, 13 de enero de 2013

¡Soy el Mesías! ¿O no? (Cuento)


Dicen que en una ocasión, un joven bastante estresado, comenzó a "perder la cabeza", y sus padres, para "ayudarlo", lo internaron en un hospital psiquiátrico...

El Doctor que tomó su caso, se entrevistó con él para evaluar su verdadero estado psicológico:

- ¡Amigo! Muy buenos días... ¿Cómo amaneció hoy?
- Muy bien, Doctor...
- ¡Qué bueno! ¡Qué bueno! ¿Podría decirme cuál es su nombre?
- Sí, Doctor, yo soy el Mesías...

Al recibir semejante respuesta, el Doctor comprendió que debía poner especial atención en los cuidados de su paciente, y ofrecerle un tratamiento que resultara adecuado...

Al día siguiente, de nuevo le preguntó:

- Espero que hoy se sienta mejor. Amigo, ¿Podría usted decirme cuál es su nombre?
- Sí, Doctor, con gusto: Yo soy el Mesías...

Así las cosas, continuó el Doctor administrando el tratamiento que le pareció más prudente y necesario.

Después de un mes, y de recibir siempre la misma respuesta del paciente, el Doctor pidió a uno de sus enfermeros que le consiguiera dos tablones, un martillo y unos clavos...

Cuando el enfermo vio aquellos materiales, y cómo con ellos se hacía una cruz, preguntó angustiado:

- Doctor, ¿Para qué utilizará esa cruz?
- Ah, eso... Pues nada, fíjese que ayer me puse a leer la Biblia, y en el Nuevo Testamento descubrí que a Jesús, el Mesías, lo mataron colgándolo de unos maderos como estos... Por cierto, mi Amigo, disculpe que le pregunte: ¿Cuál es su nombre?

Y el joven contestó de inmediato, sin pensarlo dos veces:

- ¡Juan Velázquez! 

* * * * * * * * * *

Desde que fuimos bautizados, todos nosotros hemos recibido la "identidad cristiana", y por gracia de Dios hemos sido incorporados como miembros de Cristo: Somos sacerdotes de Cristo, de Cristo somos profetas, y de Cristo somos reyes.

Sin embargo, a veces sólo "nos llamamos" cristianos... lo somos "por tradición", por "costumbre" o hasta por "conveniencia"... 

Sabemos que ser cristiano equivale a ser "otro Cristo"... entonces, ¿Estamos dispuestos a ser como lo fue Jesús, a correr su suerte, a morir incluso para con Él resucitar?

sábado, 12 de enero de 2013

Las tres piedras preciosas (Cuento)


Cuentan los cuentos que el primer árabe que se aventuró a cruzar el desierto se encontró junto a una cueva con un anciano de aspecto venerable, quien le preguntó:

- Joven, ¿a dónde vas?
- Quiero cruzar el desierto, buen hombre...

El anciano quedó pensativo un momento, y luego añadió:

- Deseas algo difícil. Para cruzar el desierto te harán falta tres cosas: Toma estas piedras. Este topacio es la fe, amarillo como las arenas del desierto; esta esmeralda es la esperanza, verde como las hojas de las palmeras; y este rubí es la caridad, rojo como el sol de poniente. Anda siempre hacia el sur y encontrarás el Oasis de Náscara, donde podrás vivir feliz. No lo olvides: Por nada pierdas ninguna de las piedras... de lo contrario, no llegarás a tu destino.

El joven se puso en camino, y recorrió primero ágilmente y conforme fue pasando el tiempo más penosamente, kilómetro tras kilómetro, a través de las dunas amarillentas del desierto, montado sobre su camello.

Un día, le asaltó una duda:

- ¿No me habrá engañado el anciano? ¿Y si no existiera el Oasis que me prometió, y el desierto no tuviera realmente fin?

Estaba resuelto a volverse, cuando notó que "algo" se le había caído sobre la arena... era el topacio. El joven se bajó del camello para cogerlo y pensó:

- No, tengo que confiar en la promesa del anciano. Seguiré mi camino...

Pasaron muchos días. El sol, el viento, el frío de la noche, y la falta de víveres le iban agotando. Sus fuerzas desfallecían y ni una palmera ni una fuente se veían por el horizonte sin fin... Estaba decidido a dejarse morir, tumbándose del camello, cuando notó que se le había caído "algo" al suelo... era la esmeralda. El joven la recogió y se dijo:

- Tengo que ser más fuerte... tal vez, un poco más allá, esté el Oasis. Si no sigo, moriré aquí sin remedio, y todo lo que he viajado ha sido en vano. Mientras tenga un soplo de vida continuaré mi viaje.

Siguió entonces su camino, y encontró más adelante, entre unas piedrecillas, un pequeño charco de agua junto a una palmera. Ya iba a lanzarse sobre aquel diminuto "oasis" cuando vio los ojos tristes de su camello, suplicantes y tiernos, como los de un hombre pordiosero, solicitando agua... Pensó, entonces, que debería tener piedad de su animal desfallecido... él aún podría resistir un poco más, y el camello lo había conducido hasta aquel lugar... entonces, dejó que la bestia bebiara aquellos pocos sorbos.

¡Cuál fue su asombro cuando vio que el camello caía muerto a sus pies! El agua estaba corrompida, y su animal se envenenó... En el suelo, notó el joven que brillaba su rubí, pues se le había caído, y lo recogió, dando gracias al Cielo por haber recompensado su generosidad, y evitado su muerte.

Sintió ánimos renovados y, después de un corto trayecto, alzó la mirada y vio a lo lejos unas palmeras: ¡Era el Oasis de Náscara! Al llegar, encontró junto a una limpia fuente, a un anciano que le sonrió alegremente y le dijo:

- Has llegado a tu destino, puesto que has conservado las tres piedras preciosas: La fe, la esperanza y la caridad. ¡Ay de ti si hubieras perdido alguna! ¡Habrías muerto en el desierto!

El anciano, después de ofrecerle agua fresca y dátiles, se despidió de aquel joven diciéndole:

- Guarda siempre, a lo largo de tu vida, muy cercas de tu corazón, el topacio, la esmeralda y el rubí. Sólo así llegarás a cualquiera que sean tus metas... ¡Nunca las pierdas!

* * * * * * * * * *

Por más largos, penosos o inciertos que parezcan nuestros caminos, contamos con tres piedras preciosas que nuestro buen Dios ha puesto en nuestras manos: Dones inmerecidos que podemos conservar y utilizar durante nuestra vida, o desperdiciarlos inútilmente en el camino...

Llegar a la Salvación es nuestra meta... y no estamos solos...

viernes, 11 de enero de 2013

Pasó el tiempo Navidad... ¿Y?


Hemos iniciado un año más, y la oportunidad que tenemos para vivirlo intensamente no debe pasar desapercibida por ninguno de nosotros.

Haciendo un "recuento" de las Fiestas litúrgicas que hemos vivido, tenemos mucha "madera" para cortar: 

- El Adviento, esas cuatro intensas semanas de preparación al nacimiento del Salvador, nos invitaron a "enderezar los senderos", y a recordar que el Señor vino, viene y... vendrá...
- El tiempo de Posadas nos hizo caer en la cuenta de que es necesario "abrir las puertas" de nuestra mente y de nuestro corazón a Jesús, y a sus padres, que buscan un lugar apropiado...
- En Navidad, junto a los ángeles cantamos el "Gloria", y con los pastores alabamos a Dios, que ha nacido para salvarnos...
- En la Sagrada Familia, contemplamos el "modelo" de nuestra célula esencial humana, y con el ejemplo de Jesús, María y San José, nos sentimos llamados a vivir auténticamente los valores de la unidad, de la responsabilidad, y de la armonía familiar...
- Con la Epifanía, y en la figura de los sabios de Oriente, ofrecemos al Señor nuestros dones, y le reconocemos y honramos como verdadero rey, como verdadero Dios, y como verdadero hombre...
- Finalmente, con la Solemnidad del Bautismo de Jesús, recordamos otra Epifanía del Señor, su "darse a conocer" como el Hijo amado de Dios, ante Juan el Bautista, y con ella cerramos el tiempo litúrgico de la Navidad...

Todo este "kairós" (este "tiempo favorable"), este "lapso de gozo" no debe echarse al olvido. Los frutos que el Nacimiento de Jesucristo nos han dejado deben traducirse en vida cristiana, comportándonos a la altura y sintiéndonos comprometidos para ser mejores padres de familia, mejores hijos, mejores estudiantes, mejores trabajadores, mejores gobernantes, etc.

La alegría festejada debe llevarnos a la lucha esforzada. El gozo que hemos experimentado debe nutrir nuestra vida para dedicarnos, como se debe, al anuncio feliz del Evangelio...

jueves, 10 de enero de 2013

La Sagrada Familia


En medio de una fuerte crisis en torno a la integridad de la primera y más importante de las instituciones, la familia, Dios, que es Amor, nos ha brindado el modelo pleno de relación familiar presentándonos al Niño Jesús, a la Santísima Virgen María y a San José.

La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia desea auténtica y profundamente, ya que desde la intensa comunión que ellos se manifestaron, se descubre una total entrega amorosa por parte de cada uno de sus miembros, ofreciéndonos ejemplo e invitándonos a su imitación.

Ahora, a la luz de la Sagrada Escritura, los invito a considerar algunos rasgos importantes de cada uno de los miembros de la Sagrada Familia.

San José

Es el jefe, el padre de familia, y actúa siempre según la voluntad de Dios. Muchas veces, claro, sin comprender totalmente el alcance de lo que se le pide, o el por qué de lo que se le ordena, pero manifestando siempre su fe y su confianza.

Por ejemplo, cuando se enteró de que María, su esposa, estaba embarazada, pensó abandonarla en secreto, sin denunciarla públicamente (como era la costumbre de su época)... El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo que lo que había sido engendrado en el vientre de su esposa era obra del Espíritu Santo, y que no temiera en recibirla. Entonces, "al despertarse, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado" (Ver Mt 1, 24 - 25).

Cuando nació el Niño, fue él quien le puso el nombre de "Jesús" (Ver Mt 1, 25). Más tarde, cuando Herodes tenía intenciones de matar al Niño, avisado en sueños, José tomó a María y a su hijo putativo y se marchó rumbo a Egipto. Por último, con la muerte de Herodes y ante un nuevo aviso, llevó a su familia a instalarse en Nazaret, para que "se cumpliera la Escritura" (Ver Mt 2, 23).

Así pues, San José, el Patriarca, el castísimo Esposo de la Virgen María, acogió a Jesús en su corazón paternal, educándolo, cuidándolo, amándolo como si fuera su propio hijo, y el Jesús, dócilmente, aprendió de su "padre adoptivo" muchas cosas, como el oficio de carpintero...

La Santísima Virgen María

Desde el momento de la Anunciación, María es modelo de entrega total a Dios: "He aquí la esclava del Señor - dijo - hágase en mí según tu Palabra" (Lc 1, 38). María, como vemos, responde con su "sí" pleno, poniéndose totalmente en las manos del Señor.

En Ella, percibimos también una continua vivencia de la dinámica de la alegría y el dolor: Engendrando, dando a luz, criando, educando, siguiendo muy de cerca a su Hijo, mostrándole en todo momento su amor maternal.

San Lucas dirá que "conservaba todas esas cosas y las meditaba en su corazón" (Ver Lc 2, 52). Ella, pues, fue vislumbrando poco a poco el gran misterio de la vida y obra de su Hijo, y se mantuvo siempre unida a Él, hasta el momento de su entrega total en sacrificio, firme a los pies de la Cruz.

El Niño Jesús

Desde pequeño, Jesús constantemente ofreció muestras (a veces claras, en ocasiones no) de que era el Hijo de Dios, y que cumplía sólo fielmente lo que su Padre le mandaba.

Como un niño normal, Él obedeció a su Madre y a su padre adoptivo, y permaneció siempre sujeto a su autoridad, creciendo en edad, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc 2, 40).

Cuando se quedó en el Templo, a los doce años, podría pensarse que "desobedeció" a sus padres; sin embargo, Jesús demostró, en el misterio de este evento tan desconcertante, su plena independencia con respecto a los vínculos humanos cuando están de por medio las normas o el Plan de su Padre del Cielo, y la misión que Él mismo le ha encomendado y para la cual vino.

Sí, en la Sagrada Familia de Nazaret tenemos un hermoso ejemplo de convivencia y Amor.

Encomendémosle la nuestra, las familias de nuestra Nación... las del mundo entero...