Perdiste la vida,
ganando una palma;
mataron tu cuerpo
y salvaste tu alma.
* * * * * *
Cerraron tu aliento,
inmersas, las balas,
regando los prados
en sangre de grana.
* * * * * *
Mártir de Cristo
y de su Madre amada,
feliz y orgullosa
la Iglesia hoy te aclama:
* * * * * *
Elevando oraciones,
ofreciendo plegarias,
agradeciendo favores,
llegando a tus plantas.
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