viernes, 15 de febrero de 2013

¿Y todavía me quejo?


En comparación con el día de ayer, 14 de febrero, este día, 15 de febrero, está realmente poco valorado... no ofrece tanta "demanda", y la publicidad le hace casi nula "difusión"...

Hoy se celebra el día de la lucha contra el cáncer infantil.

Sí, una celebración muy poco reconocida y, como podrá avistarse, mucho menos conscientizada...

Le dedico hoy unas cuantas letras, y la reflexión que comparto con ustedes está "sacada de la vida real". Considero que soy una persona poco paciente, y para verguenza mía, confieso también que en repetidas ocasiones, olvidando o poco reconociendo los grandes portentos que en mí Dios ha hecho, me quejo vilmente de mi "pobre situación":

- Me quejo porque a mis 33 años tengo una enfermedad irreversible y degenerativa, pero que se puede tratar.

* Y no considero que hay niños que desde apenas unos cuantos días de haber nacido ya cargan con una enfermedad mortal, muy triste, y muy dolorosa...

- Me quejo porque se me están cayendo unos cuantos cabellos de mi cabeza.

* Y no considero que hay niños que, a causa de las quimioterapias, han perdido no sólo todo su pelo, sino también sus cejas y sus pestañas...

- Me quejo porque he tenido que ir en este año unas 30 veces al doctor.

* Y no considero que hay niños que "viven" prácticamente en un hospital, y si salen unos cuantos días, tienen que regresar de inmediato a causa de "una complicación"...

- Me quejo porque ciertos alimentos no los puedo comer, porque me hacen "daño".

* Y no considero que hay niños que más bien son muy pocos los alimentos que pueden pasar, y en ocasiones apenas tragados los tienen que volver, porque su cuerpo no los tolera...

- Me quejo porque siento que es "injusto" que a mí me tenga que ocurrir "tanta desgracia".

* Y no considero que hay niños que aún presas del cáncer, sonríen y viven cada día como si fuera su primero, su único y su último...

¡Dios mío, ayúdame a ser más generoso y agradecido! 
¡Señor, que pueda abrir mis ojos para contemplar tu bondad y misericordia, 
y que mis manos se alisten para ayudar al necesitado! 
¡Padre amoroso, que sepa vivir cada jornada, y que aprenda a luchar por tu Reino! 
Amén.


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