martes, 4 de diciembre de 2012

Comer...


Efectivamente, se trata de una "necesidad" elemental, pero los humanos podemos hacer con la comida auténticas "maravillas"... el simple acto de preparar el alimento o alimentarse puede abarcar desde el desarrollo de un "arte", de una "recreación", de una "terapia", o hasta de un "sacramento"...

Querido lector, estarás de acuerdo conmigo: No es lo mismo "llenar la barriga", que "compartir el alimento"... 

Comer "crea vínculos", es por eso que uno se sienta a la mesa con aquellas personas que se aprecian o con las que se tiene pendiente un "negocio", o se quiere entablar o solidificar una "relación"...

Cuando se come con un amigo o con una amiga, cuando se comparte el pan con la pareja, cuando se cierra un trato con un socio, o cuando nos reunimos en torno a la mesa eucarística, preparamos todos y cada uno de los elementos: manteles y cubiertos limpios, adorno de la mesa, comida especial, bebidas selectas, etc., y nos sentimos "a gusto", "en confianza", "entre iguales"... el tiempo se aprovecha y se disfruta... en el ambiente se percibe cierta "magia", y todo aparece como "de ensueño", como algo "extraordinario"...

En cambio, no solemos compartir el alimento con las personas que "no nos gusta tratar". Si se está reunido con alguien en torno a la mesa, y el ambiente se pone "tenso" o se despierta alguna discusión acalorada, o simplemente ya no se disfruta de la charla, uno se levanta inmediatamente, y lo que podría tratarse de un evento especial termina por convertirse en una ocasión desagradable...

Los humanos somos así, solemos "cerrar" nuestras celebraciones con una comida: Aniversarios, Cumpleaños, Graduaciones, Eventos Sociales o Religiosos, etc., y estos festejos dejan de ser simples "comidas" y se tornan en "banquetes"...

¿Recuerdas tú qué comiste hace cuatro días? Probablemente no, y es que hace cuatro días quizás no celebrabas algo "importante"... por otro lado, es probable que recuerdes qué cenaste el día de tu boda, o lo que comieron el día en que saliste de la preparatoria, o el desayuno del día en que tu hijo hizo su primera comunión... y es que se trataba de "ocasiones especiales"... y esos eventos permanecen en la memoria... esas comidas simplemente no se olvidan...

En bastantes ocasiones sólo has "comido"... porque lo necesitas, porque sin el alimento es imposible vivir... y quizás importó poco que se tratara de "comida chatarra", porque "no merecía" algo más "elaborado"... pero hoy es una buena oportunidad para "dignificar" este acto: 

¡Te invito a que disfrutes más de tu vida, y compartas tu alimento con las personas que te son más queridas! 

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